EJES DE TRABAJO

Rosa López

El tratamiento psicoanalítico del trauma

Freud no abandona nunca la noción de trauma como factor causal, aún cuando su hipótesis inicial basada en el abuso sexual infantil no resistió la prueba de la verdad de los hechos. Inasequible al desaliento, pudo dar el paso que le abrió la puerta de su verdadero descubrimiento: lo sexual siempre es traumático.

La categoría de lo real como ausencia de relación sexual, es la respuesta sintomática1 de Lacan frente al trauma freudiano. En las sucesivas etapas de su enseñanza nos ofreció diferentes perspectivas de la experiencia analítica para culminar en una orientación del tratamiento dirigida hacia lo real sin sentido y sin ley.

Radicalizando su idea de lo real traumático establece una separación con todo aquello que forma parte del campo del semblante (simbólico e imaginario) acentuando la incompatibilidad del goce con el sentido y con la verdad. Mediante esta operación clarifica la diferencia entre los dos campos (real y semblante) al precio de introducir una contradicción extrema en la clínica: "La idea que solo es real lo que excluye todo tipo de sentido es exactamente lo contrario de nuestra práctica”2. Es difícil sostener una orientación a lo real como perspectiva, en una práctica que se basa, más que ninguna otra, en el uso de la palabra. El tratamiento del trauma conduce a la encrucijada entre la práctica del semblante-sentido (asociación libre/interpretación) y la perspectiva de lo real. Como en otras ocasiones en las que se enfrenta a las aporías del goce con el significante, Lacan necesita buscar un articulador.

¿Qué vía encuentra para no retroceder en los momentos en el que se confiesa falto de toda esperanza? La vía del síntoma, donde se conjuga la envoltura de semblante con el goce y su real. El síntoma es "lo más real que tienen muchas personas”3. También se vale de la lógica del Uno, significante que queda como residuo desconectado del resto de los significantes.

Que la cura analítica está orientada hacia lo real no quiere decir que se desprecie el semblante, tampoco que no haya que servirse del inconsciente transferencial, la asociación libre, la escucha del analista y la interpretación. Todo ello apunta a desvelar la verdad no sabida del inconsciente. El problema es que por esta vía se falla siempre respecto a lo real.

No olvidemos que la práctica del psicoanálisis se evalúa en función de las consecuencias que tiene la interpretación, es por ello que la apuesta de Lacan es producir un tipo de interpretación destinada a conmover el núcleo real del síntoma. Una interpretación renovada que haga una carambola entre el sentido y el agujero. Con esta apuesta, sorprendente y extrema, Lacan quiere ir más lejos que el inconsciente, incluso más lejos que la pulsión y, para ello, nos introduce en la clínica del nudo borromeo. Los nudos no transcriben letras, sino que muestran, mediante arreglos diversos (manipulaciones), el modo singular en que los significantes traumáticos se han fijado en el cuerpo del parlêtre.

Pero, no será esta la última orientación que nos ofrezca Lacan. En el Seminario XXIV busca la manera de obtener un nuevo significante que no forme parte del conjunto de los significantes recibidos y que, como lo real, no tenga ninguna especie de sentido y para ello toma como fuentes de inspiración el amor y la poesía china4.

Es por la vía del amor que Lacan transita hacia lo real. Un amor que al poder ir más allá de las metáforas, más allá del padre, se aproxima a la poesía cuando esta hace resonar el vacío. Hay una propuesta de la clínica actual que opera con el amor como signo de lo troumático, de lo imposible de adecuar y desde ahí se propone como suplencia, algo que no se consigue con el deseo: “El deseo, por su lado, tiene un sentido, pero el amor –tal como lo presenté en mi Seminario sobre La Ética, tal como el amor cortés lo soporta–, el amor es vacío”5.

Si leemos los matice de las formulaciones de Lacan advertiremos que deja abierta esta línea de trabajo: “No sabemos, quizá sería fecundo. Eso quizá sería un medio —un medio de sideración6 en todo caso”7. Por lo tanto, no cedamos a la tentación de dar por hecho lo que el propio Lacan enuncia con suma prudencia. Es importante no cerrar en falso este complejo campo de investigación sobre el que nos proponemos avanzar en las XX Jornadas de la ELP.

 

Notas:

  1. Lacan, J. El Seminario XXIII Joyce el Sinthome. Paidós, pág. 130.
  2. Lacan, J., «L’insu que sait de l’une-bévue, s’aile à mourre», leçon du 8 mars 1977, Ornicar ?, 16, 1978, p. 13.
  3. Lacan, J., «Conférences et entretiens dans des universités nord-américaines», Scilicet n° 6/7, 1975 p. 41.
  4. “Me gustaría que antes de responder leyeran a François Cheng, ya que con la ayuda de lo que se llama escritura poética ustedes pueden tener la dimensión de lo que podría ser la interpretación analítica.”, Lacan. J. Seminario XXIV, inédito.
  5. Ibid., Clase 15 de marzo de 1977.
  6. Anulación total y repentina de todas las actividades emocionales y motoras de una persona tras sufrir un suceso traumático.
  7. Lacan, J., Seminario XXIV capitulo “Hacia un significante nuevo” (17 de mayo 1977) en Revista Lacaniana nº 27, Gramma, 2019.

 

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Notas:

  1. Lacan, J. El Seminario 23 Joyce el Sinthome. Paidós, pág. 130.
  2. Lacan, J., «L’insu que sait de l’une-bévue, s’aile à mourre», leçon du 8 mars 1977, Ornicar ?, 16, 1978, p. 13.
  3. Lacan, J., «Conférences et entretiens dans des universités nord-américaines», Scilicet n° 6/7, 1975 p. 41.
  4. “Me gustaría que antes de responder leyeran a François Cheng, ya que con la ayuda de lo que se llama escritura poética ustedes pueden tener la dimensión de lo que podría ser la interpretación analítica.”, Lacan. J. Seminario XXIV, inédito.
  5. Ibid., Clase 15 de marzo de 1977.
  6. Anulación total y repentina de todas las actividades emocionales y motoras de una persona tras sufrir un suceso traumático.
  7. Lacan, J., Seminario XXIV capitulo “Hacia un significante nuevo” (17 de mayo 1977) en Revista Lacaniana nº 27, Gramma, 2019.