“Marcas del trauma” en El Psicoanálisis, revista de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis

Nuestros compañeros de las bibliotecas de las sedes de Bilbao y San Sebastián de la ELP, bajo la coordinación de Felicidad Hernández, Itziar Otalora y Lierni Irizar, han hecho un recorrido por todos los números de “El psicoanálisis” la revista de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis para seleccionar los artículos que hacen referencia al tema de nuestras XX Jornadas “Marcas del trauma”. Algunos miembros y socios, además, han contribuido con sus comentarios y selección de citas.

Nº 7: “Trazos traumáticos”, 2004

Presentación de Oian López Gorritxo

El volumen número 7 de la revista El Psicoanálisis fue editado tras uno de los acontecimientos más traumáticos de nuestro tiempo: los atentados del 11 de marzo en Madrid.

La Sede de Madrid de la ELP puso en marcha la Red Asistencial de la Escuela de Psicoanálisis Lacaniana de carácter gratuito para acoger y dar respuesta como psicoanalistas frente al trauma sufrido por los ciudadanos.

Este número ofrece un lugar preferente a una serie de primeras experiencias sobre los efectos del 11- M en Madrid y se completa con interesantes enseñanzas clínicas, lectura de casos, películas y libros. Hemos seleccionado un texto de Guy Briole y otro de Éric Laurent para dar cuenta del trabajo y las elaboraciones realizadas en este volumen.

Un abordaje en primera línea de fuego sobre el trauma, “desgarro del que no hay sutura sino particular”, según palabras de Antoni Vicens.

 

Cita elegida y comentario por Verónica Llorente:

“En caso de trauma, hay que llegar a dar sentido a lo que no lo tiene. Es el tratamiento por el sentido. El psicoanálisis se inscribe entonces, con otras psicoterapias, en una voluntad de no limitar el trauma a un fuera-de-sentido cuantitativo. Considera que, en el accidente más contingente, la restitución de la trama del sentido, de la inscripción del trauma en la particularidad inconsciente del sujeto, fantasma y síntoma, es curativa».

Éric Laurent, “El tratamiento de la angustia postraumática:
sin estándares, pero no sin principios”, pag 14.

 

Éric Laurent aborda la importancia de que el sujeto que ha sufrido un traumatismo pueda insertar este en una representación simbólica singular, con ayuda del fantasma y de los síntomas específicos de cada uno. Para lograr esto, “hay que llegar a dar sentido a lo que no lo tiene” dice Laurent, y este sentido debe ser exclusivo, para cada cual el suyo, puesto que no hay dos inconscientes iguales. Es ineludible entonces poner el foco en el sujeto, más allá de las particularidades del hecho traumático en sí.

 

Cita elegida por Verónica Llorente:

“El Psicoanalista no es especialista de ninguna escucha selectiva de los síntomas: conversiones, anorexias, adicciones, traumatismos, etc. No hay especialistas del traumatismo. Hay psicoanalistas”.

Guy Briole, “Después del horror, el traumatismo», pág. 9.

 

Citas elegidas y comentario por Iratxe Redondo:

“Actualmente se pueden distinguir al menos dos concepciones del traumatismo según el acento se ponga sobre el acontecimiento traumático —sus características y sus efectos indiferenciados sobre el conjunto colectivizado— o sobre la dimensión del encuentro, uno por uno. Estos puntos de vista teóricos divergentes implican, obligatoriamente, prácti­cas distintas”.

Guy Briole, “Después del horror, el traumatismo», pág. 5.

 

“Para nosotros la cuestión no se refiere a la abreacción sino a la posibilidad para un sujeto de tomar la palabra respecto a una experiencia atravesada, individual o colectivamente. El sujeto no es soluble en lo colectivo. Sean cuales sean los ideales del grupo —estructurales o circunstanciales— el sujeto conserva su particularidad y es responsable de sus actos”.

Guy Briole, “Después del horror, el traumatismo», pág. 6.

 

“Se trata de crear las condiciones para hacer posible una cierta elaboración de su sufrimiento, permitiéndole precisar las circunstancias exactas del acontecimiento y orientándolo en el recorrido que ten­drá que hacer a través de su historia personal para lograr reubicar el traumatismo en el transcurso de su vida. Es el único modo de poder anudar, de alguna mane­ra, lo real del traumatismo”.

Guy Briole, “Después del horror, el traumatismo», pág. 9.

 

Guy Briole nos señala en su texto que, desde el psicoanálisis, entendemos que lo traumático siempre tiene una dimensión individual, es decir, que a cada sujeto la circunstancia traumática le impacta de distinta manera, y reacciona con su propia singularidad ante las situaciones extremas. En este sentido, lejos de tomar a los traumatizados como un colectivo, la intervención debe orientarse a que cada uno, uno por uno, elabore psíquicamente lo ocurrido, ponga palabras a lo vivido, lo sitúe o le dé sentido en relación las circunstancias particulares de su vida, para poder así restaurar algo de lo que se desgarró.

  • Vilma Coccoz: “Después del 11-M”.
  • Araceli Fuentes: “La vergüenza del extranjero”.

 

Nº 26: “La formación del analista y su orientación por lo real”, noviembre 2014

  • Anne Lebovits: “Del trauma ético”.

 

Nº 27: “Dossier autismo”, septiembre 2015

Citas elegidas y comentario por Felicidad Hernández:

«Un acontecimiento traumático concierne siempre a un sujeto. Comporta al mismo tiempo una parte de real que compete al accidente, a lo indecible del encuentro, y una parte de subjetividad en la que el sujeto está comprometido.»

Guy Briole, “El trauma: momento de crisis por excelencia”, pág. 37.

 

«Se trata de hacer posible que se prosiga con el paciente una elaboración en las entrevistas que tomarán en cuenta su sufrimiento, harán precisar las condiciones exactas del acontecimiento, orientarán al paciente sobre el recorrido que debe hacer en su vida personal y lo ayudarán a situar el traumatismo en el curso de su vida donde puede encontrar cómo anudarlo. (…) ¡Hay urgencia! La emergencia de un real en este momento de crisis necesita algunos reordenamientos en la dirección de la cura para que este tiempo pueda reinscribirse en la hystoria del sujeto. En esta relación transferencial, en la cual el analista se abstendrá de fijar lazos de causalidad simplistas sostendrá la implicación del sujeto, una crisis podrá hablarse y resolverse».

Guy Briole, “El trauma: momento de crisis por excelencia”, pág. 41.

 

En este artículo encontramos una indicación clínica precisa para, teniéndolo en cuenta, no perdernos en el hecho traumático vivido, evitar «lazos de causalidad simplistas» y orientarnos por el acontecimiento que ha emergido en el sujeto y sus efectos de desanudamiento.

 

Nº 29: “Dossier mujeres”, noviembre 2016

  • Luis Fernando Carrijo: “¿El qué, de un acontecimiento (traumático), resuena en el cuerpo?”.

 

Nº 34: “Trauma, memoria y olvido”- octubre 2019

  • Beatriz García: “Recorrido del trauma en Freud y Lacan”.

Comentario por Maribel Aranjuelo:

En este artículo de modo sencillo la autora nos aproxima al tema que nos ocupa.

Una primera cuestión: para el psicoanálisis entre el trauma y el efecto está la respuesta singular del sujeto.

Para Freud, en 1895, el trauma se produce en un segundo momento cuando el acontecimiento que en principio es vivido como sin sentido es interpretado como sexual. Hay un no querer saber de eso que le da el carácter traumático. Es a partir de escribir y estudiar las neurosis de guerra, que comentará que más allá del principio de placer, en la vida se da la compulsión a la repetición como expresión de la pulsión de muerte. En 1917 en la 18ª Conferencia introductoria al psicoanálisis dirá que una determinada vivencia provoca en la vida anímica un exceso energético tal que no puede ser tramitado por las vías habituales.

Éric Laurent señala que Lacan sitúa el trauma en “Función y Campo de la palabra y del lenguaje” como agujero en lo simbólico, conceptualizándolo como estructural en el ser hablante a causa de la incapacidad del lenguaje para dar cuenta de cierta parte de la experiencia humana.

También Lacan va a dar una interpretación distinta a la de Freud al carácter traumático de la sexualidad con su aforismo “no hay relación sexual”, refiriéndose a la falta de instinto en la relación entre los sexos, aunque además, hay otras muchas cuestiones en las que el lenguaje no alcanza a decir sobre las experiencias humanas. El “no hay relación sexual” de Lacan basculó hacia un “hay el sinthome”. Así lo fundamental en un análisis orientado por Lacan va a ser localizar, no solo el trauma, lo que hizo agujero, sino la respuesta del sujeto al agujero de lo traumático. Cada respuesta remite a la singularidad de ese ser hablante.

Al final de su enseñanza para Lacan el trauma es el nombre del encuentro con un real inasimilable al sentido. Lo más íntimo, es una posición tomada para responder a una encrucijada vital en la que uno se encontró sin palabras, pero íntimamente concernido. Se experimenta algo en el cuerpo con gran intensidad y deja una huella, que llama a una respuesta.

  • Araceli Fuentes: “Trauma y urgencia”.
  • Guy Briole: “El trauma de un pueblo. ¿Qué paz después de la guerra?”.

 

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