Trauma y repetición en “un esfuerzo de poesía” de Jacques-Alain Miller

I.

“Somos los psicoanalistas del último hombre, del hombre posmoderno, del hombre cínico, relativista, (…) que ya no sitúa lo absoluto más que en lo que él llama la felicidad y lo útil. Tenemos que vérnoslas con el último hombre en la medida en que este piensa dominar el tiempo, es decir que no cree que exista lo irreparable. Cuando hay trauma, se precipita a borrarlo, reabsorberlo”. (pág. 156)

II.

“Todo lo que Lacan desarrolla acerca de la repetición entrópica se introduce a partir de lo que permanece implícito, a saber, el trauma del goce, un trauma por el cual lo que se repite sólo puede estar en pérdida con respecto a lo inicial, de tal modo que el “de más” (en-trop) de la entropía (entropie) demuestra ser un “de menos”. Esta teoría es subordinada de la incidencia del trauma. Lo que aparece en primer plano es la repetición, pero es el trauma lo que la introduce, lo que le obliga a repetir”. (pág. 259)

III.

“En la religión del Uno, está en juego el trauma, dado que lo que Freud denomina trauma es un acontecimiento, y un acontecimiento no es un hecho. Un hecho está, mientras que un acontecimiento se produce y determina un origen, es decir, separa un antes y un después. El acontecimiento es trauma cuando perturba un orden previo y no se asimila, permanece inasimilable. (pág. 286)

IV.

El Moisés es la escenografía del trauma y de la repetición. Por eso Freud, cuando considera el Uno del monoteísmo, el Un-Dios, se ve llevado a hacerlo advenir como trauma, o sea, como acontecimiento surgido del exterior. Por eso hace de Moisés un egipcio. Esto significa: el Uno viene del exterior, viene del Otro. (…) Tal es la revelación de lo múltiple que Freud aporta: el Dios del monoteísmo es un sincretismo, una condensación entre un Dios del significante y un Dios del goce”. (pág. 287)

V.

“Toda la construcción de Lacan mostrará, de alguna manera, que el goce encuentra sus límites de manera natural, que es traumático, y que inaugura el Zwang de una repetición que no puede hallar rendición alguna. Lacan retoma la clínica del trauma –que es la de Freud– y la traslada al campo del goce”. (pág. 290)

 

Todas las citas han sido extraídas de:

Miller, J.- A., Un esfuerzo de poesías, Buenos Aires, Paidós, 2016.

 

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