“Marcas del trauma” en Letras Lacanianas, revista de la Comunidad de Madrid de la ELP

Citas elegidas y comentarios realizados por Pilar Berbén y Carmen Bermúdez

 

Nº 3: “La lengua en el cuerpo”, 2012

“El psicoanálisis se ocupa de un aspecto muy concreto del ser humano cuyas consecuencias son formidables: el punto de encuentro entre el organismo viviente y la palabra. Un encuentro que tiene un carácter traumático per se, de modo que en todo ser humano hay un trauma original, aquel que lo exila del mundo animal para constituirlo como sujeto de la palabra.”

“El aparato psíquico ya no parece estar regulado por la búsqueda de la mínima perturbación, sino por el denominado automatismo de repetición, es decir por la tendencia a reproducir una y mil veces la tensión que originó el traumatismo infantil.”

Rosa María López,
“El cuerpo hablante de la histeria”, págs. 32 y 36.

 

Nº 4: “Letras del síntoma”, 2012

Esthela Solano-Suárez, en su texto, comenta la frase de Lacan “La interpretación debe tener en cuenta siempre eso que, en lo que se dice, hay de sonoro, y eso sonoro debe consonar con lo que es del inconsciente” y para mostrar cómo se traduce en la experiencia efectiva de un análisis, nos habla del caso de un joven y cómo un sueño y un corte de sesión, vendrán a introducir un giro importante en su cura. “Detuve la sesión allí, cortando su frase. […] Ha oído, y esta interpretación tiene consecuencias porque tocó el trauma de su infancia.”

“Lo imposible de la relación sexual se vacía cuando el objeto mirada de la escena traumática y la voz que vocifera en tanto que voz del imperativo, no tenga ya valor.”

Esthela Solano-Suárez,
“Consonancias”, págs.20-22.

 

Araceli Fuentes, mediante un recorrido de tres tiempos, nos muestra en el siguiente texto sus respuestas a la pregunta sobre el relieve de la voz, tema muy importante en su análisis.

“Tiempo 3 […]Asocio este ‘empuje a decir’ al silencio impuesto por la frase traumática: ‘Si su madre la viera’”, escuchada en mi infancia. Lo asocio a esta frase que invoca la mirada de mi madre muerta, y a la que nunca pude responder. Por una parte, el silencio traumático y por otra, ese ‘empuje a decir irrefrenable’.”

Araceli Fuentes,
“El relieve de la voz”, pág. 40.

 

Nº 5: “La institución, agujereada”, 2012

“Para Freud no hay prevención posible, porque no es evitable el trauma de la no relación sexual. Si el encuentro con lo sexual es traumático, ninguna educación sexual evitará este mal encuentro, así que la prevención en el campo de la salud mental es una imposibilidad lógica.”

Manuel Fernández Blanco,
“Transferencia e Institución”, pág. 17.

 

Ana Lydia Santiago, en su texto, hace un recorrido por su análisis. Destacamos: “En la búsqueda de un saber, el sujeto se coloca desde muy temprano, en la función de investigador incansable de lo que se encuentra, más allá del padre y de la madre, en el límite del decir, en el deseo que enlaza el trauma de la muerte con el amor.”

Ana Lydia Santiago,
“Flechazo”, pág. 43.

 

En el Espacio del Pase en Madrid, marzo 2012, escuchamos el testimonio de Hélène Bonnaud; un emocionante recorrido por su análisis. Destacamos dos momentos: “El trabajo de análisis opera un giro en el momento en que se escribe para mí una nueva versión del traumatismo maternal. La palabra mala de la madre se pone a cuenta de su propio goce. Ya no soy la causa de su dolor. Eso aclara considerablemente la opacidad de mi relación al saber.”

“Huía de la persecución nazi, como mi madre. Esta identificación a su huida era evidente: ella incluso había contado la escena traumática de su carrera campo a través después de que un oficial alemán le diera la orden.”

Hélène Bonnanud,
“Un desgarro de lo real”, págs. 49-50.

 

Nº 6: “Institución de lalengua”, 2013

En este texto presentado en el Coloquio Medicina y Psicoanálisis, en Clermont-Ferrand, el 21 de septiembre de 2012, Araceli Fuentes expone cómo a partir de la enseñanza de Jacques Lacan, el psicoanálisis hace una clara distinción entre el síntoma y el fenómeno psicosomático (FPS). A continuación puso un ejemplo a partir de su experiencia analítica: “Para concluir un análisis hay que pasar del significante amo, al que el sujeto está identificado, al agujero de lalengua. Es un pasaje necesario que no se hace sin dejar algún resto.” […]

“Este resto no es simplemente lo que queda de un análisis […] sino de una nueva forma de gozar producida en el análisis”. En su caso se trataba de un empuje a decir irrefrenable que atravesaba su cuerpo en ocasiones, este era el relieve que había dejado la voz en su cuerpo, un goce opaco del cuerpo vivo que no puede ser interpretado ni negativizado. Ese resto fue su respuesta sintomática al silencio impuesto por el trauma.”

Araceli Fuentes,
“El fenómeno sintomático entre la medicina y el psicoanálisis”, pág. 50.

 

Nº 7: “Grietas de la civilización”, 2013

Testimonio de Marie Hélène Blancard presentado el 21 de junio 2013 en la sede de Madrid de la ELP:

“Pude comprender en el análisis hasta qué punto yo no había cesado de hacerme pagar por ello, y cómo la voracidad del superyó se había nutrido del acontecimiento traumático para construir la matriz del fantasma, dejando al sujeto librado a una implacable repetición.” […]

“Lacan pone el acento en el Seminario El sinthome. Hay en el inconsciente cosas que se imprimen y otras que dejan un agujero, un espacio blanco en el texto, únicamente pueden ser “imaginadas”, y es en este lugar en donde lo real es traumático. Quería que ella pusiera palabras ahí, sus propias palabras, pero fue en vano. El desvanecimiento no hizo más que subrayar este espacio blanco, esta borradora del sujeto arrollado por el acontecimiento del cuerpo. Lo real, dice Lacan, es traumático.”

Marie Hélène Blancard,
“Saber leer un síntoma”, pág. 30.

 

En el testimonio de pase de Leonardo Gorostiza que tuvo lugar en la EOL en abril 2013 podemos encontrar las siguientes referencias al tema de nuestras jornadas:

“Creo que la respuesta está en la fórmula ‘servirse del padre’. Pero entendida no sólo en el sentido de servirse del padre después del pase, sino en el sentido de como el sujeto –en su constitución misma– se ha servido del padre para responder al encuentro traumático con el agujero de no hay relación sexual.”

“Desde esa perspectiva está claro que hubo un ‘servirme’ de un rasgo […] y por qué no, al mismo tiempo, hacer con ese rasgo una identificación operativa para responder al encuentro traumático con el goce de mi madre en tanto mujer.”

“Es aquí donde se puede situar lo que llamé ‘el noble instrumento’ que me permitió inscribir algo del goce enigmático y traumático bajo los auspicios de la vara de la castración.”

“El estilo de goce de un sujeto –decía Miller hace unos años– está siempre ligado a un primer acontecimiento de goce, a un acontecimiento de valor traumático.”

Leonardo Gorostiza,
“El padre después del padre”, págs. 34, 35 y 37.

 

Nº 9: “Subversión”, 2014

En este texto, presentado en junio de 2013 en el Simposio de Miami “Lo que Lacan sabía de las mujeres”, Graciela Brodsky despliega con ejemplos muy detallados la pregunta que se hace Freud a sus 74 años: “¿Qué quieren las mujeres?” y a continuación hace una profunda reflexión sobre su propio análisis y cómo pudo entender en carne propia conceptos tan difíciles del psicoanálisis. Pensó que valía la pena hacerlo saber y que eso podía ilustrar a otros sobre el punto concreto de Lacan: “Lo imposible de saber”.

“Es curioso: me llevó 40 años y, sin embargo, lo imposible de saber estuvo en mi caso desde el inicio y marcó mi encuentro traumático con el Otro y con lalengua. […] No fue un abuso, ni una violación, ni un abandono, nada que pudiera hallarse rastreando la biografía de mi infancia. Pero fue un trauma infantil que sólo cobró valor por sus consecuencias reveladas en el análisis. […] Y a pesar de todo hago lo que puedo para decir algo sobre lo que no sé.”

Graciela Brodsky,
“Horror feminae y sus sombras”, pág 25.

 

Nº 10: “La sociedad victimizada”, 2015

En una de las reuniones preparatorias hacia PIPOL 7, ¡Víctima! ¿Cómo escapar?, que tuvo lugar en la sede de Madrid el 21 de abril de 2015, intervino Vilma Coccoz con una ponencia titulada “La víctima, entre lo real y los discursos”.

En su intervención Vilma propone “restringir el significado de la palabra ‘víctima’ a aquella persona que, habiendo sufrido un daño real en su subjetividad, un hecho traumático y brutal, se ha quedado sin voz, para contarlo, para denunciarlo, para reclamar, para testificar en su nombre.”

“¿Cómo crear las condiciones para que alguien pueda volver a tomar la palabra y hacer oír su voz? Es una pregunta cuya respuesta exige la consideración de uno por uno, acorde con los principios analíticos.”

Vilma Coccoz,
“La víctima. Entre lo real y los discursos”, págs. 16-20.

 

Beatriz García en su texto “Víctima. La tentación del sacrificio”, presentado en la reunión preparatoria del 17 de marzo de 2015 hacia PIPOL 7, mencionado anteriormente, trata lo que define como victimización, y que sería “la proliferación del número de personas que se sitúan bajo este significante, así como la colectivización de las víctimas bajo rasgos de identificación comunes.”

Plantea la autora que para el psicoanálisis se trataría de “en el trabajo de un análisis, salir de la posición de inocencia y de excepción y saber que de lo que uno es víctima es de su propio goce. […] Se trata de saberse víctima de una marca de goce, sin por ello sentirse víctima de ella, sino de hacer uso de ella, ponerla al servicio de la propia causa.”

“Para el psicoanálisis no hay lo común de la víctima. Lo que para uno es un trauma no tiene que serlo para otro, y si lo es, no es por las mismas razones.”

Beatriz García,
“Víctima. La tentación del sacrificio”, págs. 25-28.

 

Nº 14: “a-dicciones”, 2017

“A lo que se presentaba como un trauma, al parecer, me agarré como a un salvavidas. En los últimos años del análisis, cuando las identificaciones y los afectos ya estaban apaciguados, […] cuando quedaba tan poco por tratar, el recuerdo de esta escena quedaba como la única baliza para orientar mi discurso analizante”.

Dominique Holvoet,
“Extracción de una vergüenza”, pág. 70.

 

Nº 15: “Locuras”, 2018

Clotilde Leguil en su artículo hace una lectura de los movimientos que han revelado los asuntos de acoso sexual a las mujeres y aporta el “decir la verdad, no toda”, desde el psicoanálisis.

“Tomar la palabra en la red permite hacer del mal encuentro, del traumatismo, un problema ético y político.”

“Para que el desencadenamiento de la verdad no venga a pulverizar el valor de la palabra misma, tal vez habrá que encontrar, cada una, una a una, cada uno, uno a uno, la manera de decir, y de bien-decir, el trauma.”

Clotilde Leguil,
“Desencadenamiento de la verdad y mundialización de la palabra femenina”, págs. 61-66.

 

Nº 16: “Cultura, surcos y fracturas”, 2018

Laura Canedo en su texto trata de reflexionar sobre la contigüidad entre lo individual y lo social, a partir de la enseñanza de Lacan, y encontrar las implicaciones en relación a la posición del psicoanálisis respecto a la política, haciendo mención a las leyes de Amnistía y Memoria Histórica.

“En el dispositivo analítico los analizantes hablan de las palabras que les fueron dichas, así como también de los silencios; de escenas que, por haber sido siempre recordadas o por haber sido olvidadas, han dejado sus marcas.”

“Al inicio de la partida, el sujeto viene comandado por el discurso del amo, aquel que tiene la facultad de proveer esas marcas que absorben al sujeto. […] En el recorrido analítico se modifica la relación a la marca por la que fue absorbido el parlêtre.”

Laura Canedo,
“Cometer la verdad”, págs. 19-22.

 

Domenico Cosenza, en su testimonio en el Espacio del Pase en la sede de Madrid en mayo de 2018 transmitió:

“En la etapa conclusiva de mi análisis, el analista mismo terminó encarnando para mí traumáticamente, en la respiración jadeante y en los silbidos provenientes de su cuerpo, el objeto de la respiración perturbada que yo había sido en mi infancia.”

Domenico Cosenza,
“Variaciones de la caída en mi experiencia de análisis”, pág. 50.

 

Clotilde Leguil en su testimonio en el XI Congreso de la AMP, Las psicosis ordinarias y las otras, en Barcelona, en abril de 2018 nos enseña en relación al trauma:

“El primer análisis freudiano me había permitido reencontrar la escena traumática que había constituido el primer tiempo de una repetición que no cesaba.”

Una intervención del analista: “Es usted una mujer de la luz” le permite afirmar “Si había sido una chica de la sombra, marcada por la noche negra del traumatismo, me convertía ahora en una mujer de luz. Tenía el sentimiento de haber terminado mi análisis.”

Clotilde Leguil,
“La primera. Un misterio a plena luz”, págs. 55-57.

 

Nº 18: “DES (a) MOR”, 2019

En el testimonio de Aurelie Pfauwadel, presentado en mayo de 2019 en la sede de Madrid, hace las siguientes aportaciones acerca del trauma.

“El abandono de mi padre cuando se fue a vivir con otra mujer no hacía más que reeditar el trauma más original causado por sus ausencias. […] Lo que fue traumático no fue el divorcio en tanto tal, sino lo que descubrió, el estrago materno y la versión de mi padre como hombre mujeriego. Pero yo ya estaba traumatizada por la no relación sexual mucho antes, como atestiguaba mi fobia a las cucarachas y los ratones.” [Cafard significa “cucaracha” y también “tristeza”].

“El trauma fantasmatizado como ser dejada caer por el padre, enunciado como ‘mal de amor’, sobre la vertiente del estrago, pudo ser formulado como ‘desgarro de la mirada’ sobre la vertiente del duelo del objeto.”.

Aurélie Pfauwadel,
“Lo femenino y lo masculino, en la prueba del fin de análisis”, págs. 55-57

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