Un trauma es siempre sospechoso

“Déjeme decirle. Usted no puede estar jamás seguro que un recuerdo no sea un recuerdo pantalla. Es decir un recuerdo que bloquea el camino de lo que yo puedo localizar en el inconsciente. Es decir la presencia –la plaga– del lenguaje. No sabemos jamás. Un recuerdo tal como él es imaginariamente revivido –lo que es un recuerdo pantalla– es siempre sospechoso. Una imagen bloquea siempre la verdad. Yo uso aquí términos que todo analista conoce. El concepto mismo de recuerdo-pantalla muestra la desconfianza del analista a la vista de todo lo que la memoria piensa que ella reproduce. Eso es lo que se llama, hablando propiamente, que la memoria es siempre sospechosa. Incidentalmente, es por ello que Freud tropezó con el famoso trauma original. El caso del “hombre de los lobos” es tan largo sólo porque Freud trata desesperadamente de dar claridad a algo y no puede saber si el hombre de los lobos, no relata –acerca de la copulación de los padres– más que un recuerdo pantalla. Un trauma es siempre sospechoso”.

Lacan, J., Conferencia en la Universidad de Yale del 24 de noviembre de 1975, inédita.

 

En 1975, Lacan impartió una conferencia en la Universidad de Yale en el Seminario Kanzer a la que siguió una intensa conversación. El profesor Casey interviene en la misma señalando que hay analogía entre la historia y el psicoanálisis, ya que ambas tienen cosas que son imaginarias y no acontecimientos reales, pregunta si no hay diferencia según esos acontecimientos hayan tenido o no lugar. Lacan responde que no es posible jamás estar seguro que un recuerdo no sea un recuerdo pantalla, una imagen que bloquea la verdad, el acceso al inconsciente. Freud en “Recuerdos infantiles y recuerdos encubridores” comienza haciendo alusión al “carácter tendencioso del recuerdo encubridor”1. En el Seminario 4 Lacan afirma que un recuerdo no es la reproducción de una historia, “el recuerdo pantalla, el Deckerinnerung, no es simplemente una instantánea, es una interrupción de la historia, un momento en el cual se detiene y se fija”2. Los recuerdos encubridores son una escena en la que puede introducirse un goce, pero no rememoran la causa del trauma, bloquean la causa del trauma el cual está a nivel del parásito de la lengua, a nivel de la marca que dejó un significante sin sentido. La memoria es sospechosa y el relato de un supuesto trauma es sospechoso porque el trauma es la letra sin sentido, no es cosa de sentido, no es cosa de lenguaje sino de letra, lo real del trauma se escribe con letras.

También en el Seminario 4, Lacan señala que cuando Juan ya adulto visita a Freud y este le muestra su historial no recuerda nada, pero: “no obstante Juan ha captado algo en la lectura de su historia y dice al respecto –En efecto es muy posible que esto tenga que ver conmigo. Se trata de todo lo referido a la hermana, (…) todavía supone para él una herida, (…) como una marca que dará su estilo y su tipo a toda la vida amorosa de Juanito”3

¿La marca traumática es la memoria del parlêtre?

 

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Notas:

  1. Freud, S., “Psicopatología de la vida cotidiana”, Obras completas, volumen III, Biblioteca Nueva, Madrid, 1972, pág. 782.
  2. Lacan, J., El seminario, libro 4: La relación de objeto, Buenos Aires, Paidós, 1994, pág. 159.
  3. Ibid., pp. 278-279.