La escritura como tratamiento de lo traumático en Joan Didion

“La vida cambia deprisa.
La vida cambia en un instante.
Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba” 1.

 

Con estas contundentes afirmaciones comienza Joan Didion su escritura de El año del Pensamiento Mágico. En el texto advierto su tenaz intento de que algo de lo que no puede ser dicho, debido a su estatuto de trauma y por estar obturado por la angustia, pueda ser escrito.

Nueve meses y cinco días después de la muerte súbita de su marido, sentado a la mesa donde los dos se disponían a cenar, la autora escribe, “era la naturaleza normal de todo lo que había precedido al suceso lo que me impedía creer de verdad que había sucedido, absorberlo, incorporarlo, dejarlo atrás. Ahora me doy cuenta de que esto no tiene nada de raro: cuando tenemos delante un desastre repentino, siempre nos fijamos en lo anodinas que eran las circunstancias en las que ha tenido lugar lo impensable, en el cielo azul claro del que ha caído el avión, en el recado rutinario que ha terminado con el coche en llamas en el arcén, en los columpios donde los niños estaban jugando como de costumbre cuando la serpiente de cascabel atacó desde la hiedra”2.

Hacia el final del primer capítulo afirma, “este es mi intento de asimilar el período que vino a continuación…” “Llevo toda la vida siendo escritora. Y en calidad de escritora, ya de niña, desarrollé la sensación de que el significado en sí residía en los ritmos de las palabras, las oraciones y los párrafos, técnicas para ocultar lo que fuera que yo pensaba o creía detrás de una pátina cada vez más impenetrable…en este caso las palabras no me bastan para encontrar los significados. En este caso necesito que lo que yo pienso y creo sea penetrable, al menos para mí misma”3.

Casi al final del texto reflexiona, “mientras escribo esto, me doy cuenta de que no quiero terminar esta crónica. Y tampoco quiero terminar el año. La locura se está alejando, pero no hay ninguna claridad que venga a ocupar su lugar. Busco resolución, pero no la encuentro”4.

Germán García en La Actualidad del Trauma nos recuerda que “el factor que Sigmund Freud subraya es la sorpresa. Quiere decir que lo traumático del acontecimiento, está ligado a la sorpresa de que eso ocurra”5.

Aunque Didion afirma que las palabras no le bastan para encontrar los significados, se resiste a terminar su crónica, lo que da cuenta de la relevancia que tiene para ella el ejercicio de escritura como forma de tramitar lo sin ley. Valiente intento de escribir lo que no cesa de no escribirse.

Lo que la autora desconocía en el momento de esta escritura, es que tan solo unos pocos años después volvería a retomar su “writing cure”. Blue Nights es la crónica de la enfermedad y muerte de su hija y un renovado intento de asimilar lo real que irrumpe.

Qué afortunados los sujetos que cuentan con este invalorable recurso… para los que no, siempre queda el psicoanálisis…

 

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Notas:

  1. Didion, J., El año del pensamiento mágico, Penguin Random House, 2015, p. 9.
  2. Ibid., p. 10.
  3. Ibid., pp. 12-13.
  4. Ibid., p. 88.
  5. Garcia, G., Actualidad del trauma, Grama Ediciones, 2005, p. 7.