Tratar el trauma

“…el hilo se ha perdido; el laberinto se ha perdido también. Ahora ni siquiera sabemos si nos rodea un laberinto, un secreto cosmos, o un caos azaroso. Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad”.

J. L. Borges, El hilo de la fábula 1

 

El ser hablante nace en el exilio. Ningún hilo natural al que seguir le espera, en su lugar le reciben las palabras que le antecedían y es traumatizado por éstas. Nacer en un mundo de lenguaje implica un impacto que traumatiza, arrojando al parlêtre a lo que no hay y a lo que hay. No hay programa instintual a seguir, no hay relación sexual para los seres hablantes, y hay el efecto de lalengua en el cuerpo. Se trata de un impacto sin ley, sin orden, sin regla ni intención que hace acontecer lo vivo, exiliado de cualquier reino natural.

El trauma no es sin la angustia, motor que empuja al ser hablante a tratar el impacto de lalengua sobre él. En ese tratamiento consentirá al lenguaje y forjará su ley con la cual dará a la conmoción un orden. Engarzará en un hilo los detritos que el agua del lenguaje dejó tras su paso 2 organizando un laberinto de sentidos. En ese tratamiento irá haciéndose un ser e irá haciéndose con la vida, con lo vivo, como puede.

Ante el trauma el ser hablante organiza un laberinto y un hilo… y obtiene su fantasma y su síntoma, construcciones con las que trata lo real del “no hay” y del “hay” que insiste en el cuerpo.

Pero los hilos enredan, los sentidos fijan, el fantasma limita, del síntoma se sufre y lo real insiste; de este modo, el ser hablante llega con su tratamiento al analista. Se tratará ahí de “tratar su tratamiento del trauma” del cual emergió, para poder inventar un nuevo modo de hacer con la huella del exilio 3.

El psicoanálisis podrá permitirle la localización de lo oscurecido que se comprende, de lo que se oscurece en la comprensión, debido a un significante que marcó un punto del cuerpo 4. De esta manera, el ser hablante se encuentra con una oportunidad para recomenzar 5.

El parlêtre tira de los hilos en los que está enredado y recorre su laberinto para poder salir de él de otro modo. Comprender como operaron aquellas palabras hará posible la caída del sentido haciendo sonar otra cosa 6 que permitirá la localización de su punto de real… eso posible esperando a que se escriba 7, posibilidad que empuja a inventar un saber hacer, no sin poesía.

Este nuevo tratamiento del trauma es el trabajo que el parlêtre hace en tanto que analizante, no sin el analista y su operación. Lacan nos enseña que como analistas se trata de dejarse orientar más por la poesía que por la lógica articulada, ya que es por el efecto tanto de sentido como de agujero, que la poesía permite a nuestro decir alcanzar eso que resuena en el cuerpo, efecto del trauma inicial, con lo que el analizante podrá inventar un nuevo modo de hacer con él.

 

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Notas:

  1. Borges, J. L., «El Hilo de la fábula. Los Conjurados». Obras completas 2. RBA.
  2. Lacan, J., Intervenciones y textos 2, , Manantial, Buenos Aires, 2001, pág.129.
  3. Lacan, J., Seminario 20 Aún, Paidós, Buenos Aires, 2001, pág. 175.
  4. Lacan, J., Seminario 19, Paidós, Buenos Aires, 2012, pág., 149.
  5. Lacan J., Mi enseñanza, Paidós, Buenos Aires, 2007, pág. 99.
  6. Lacan, J., Seminario 24, clase del 8 de marzo de 1977 – Inédito.
  7. Ibidem.